La evolución de la tecnología ha provocado cambios en los hábitos de la sociedad y de las organizaciones, dando lugar a nuevas formas productivas e incluso a nuevas profesiones. Sin duda, la tecnología representa una valiosa herramienta para eficientizar y aumentar la productividad, facilitando la vida de muchos usuarios y abriendo la oportunidad de la innovación, sin embargo, también ha desencadenado un cambio en los riesgos a los que la población se ve sometida.
Dentro del contexto laboral, estos riesgos pueden estar relacionados al tema ergonómico, a las habilidades psicosociales o cognitivas y al estrés.
En este blog se expondrá uno de los principales riesgos que la aparición de la tecnología ha traído no sólo a la población trabajadora sino a la sociedad en general: el tecnoestrés.
¿Qué es el tecnoestrés?
Debido al avance constante en las tecnologías, los trabajadores tienen que mantenerse al día y renovar rápidamente sus habilidades técnicas, así como sobrellevar la presión de adaptarse a sistemas más complejos y las altas expectativas de productividad. Precisamente, desde esta situación, se deriva el concepto de Tecnoestrés.
El tecnoestrés se puede definir como el impacto negativo de las actitudes, pensamientos, comportamientos o fisiología corporal causado directa o indirectamente por la tecnología (Cuervo, Orviz, García & Fernández, 2020).
Dicho de otra forma, el tecnoestrés es el estrés relacionado a la tecnología; es el sentirse presionado o abrumado por no ser capaz de gestionar las tecnologías que demanda su trabajo ni adaptarse sanamente a la “realidad tecnológica”. Existen distintas circunstancias que generan este estado de Tecnoestrés en los trabajadores, las más comunes son la sobrecarga tecnológica, invasión tecnológica, complejidad, inseguridad e incertidumbre.
Desafortunadamente, esta tensión ocasiona que los trabajadores desarrollen consecuencias negativas en su salud mental y, por consiguiente, que presenten un bajo desempeño laboral.
Consecuencias del tecnoestrés
Una persona con tecnoestrés, fisiológicamente hablando, padece ansiedad, dolor de cabeza, irritabilidad, problemas de sueño, dolores musculares, indicios del síndrome del túnel carpiano y aumento de la producción de cortisol, que es la hormona relacionada a la aparición del estrés (Villavicencio-Ayub, Ibarra & Calleja, 2020).
Por otro lado, con respecto al nivel psicosocial, se ha demostrado que cuando los trabajadores perciben de forma negativa la exposición a las tecnologías, éstos pueden presentar burnout. Además, el uso excesivo de la tecnología, como en cualquier otra adicción, genera dependencia en el usuario; dicha dependencia podría desarrollar sobrecarga metal, dificultad para recordar, pensar con claridad y descansar, así como también una menor percepción de felicidad.
Con respecto al nivel individual, aquellos trabajadores que presentan tecnoestrés suelen aislarse socialmente, presentan constantemente cambios en su humor y podrían llegar a descuidar no solo su vida laboral sino también la familiar (Villavicencio-Ayub, Ibarra & Calleja, 2020).
En el contexto laboral, si en una organización se vive tecnoestrés, será evidente el decremento del desempeño en los trabajadores, en sus horas laboradas y en la satisfacción en su trabajo; de igual manera, se observará un mayor índice de ausentismo, rotación, menor compromiso laboral y reducción de la productividad (Villavicencio-Ayub, Ibarra & Calleja, 2020).
¿Cómo afrontar el tecnoestrés laboral?
Si después de conocer el concepto de tecnoestrés reconoces que estás atravesando por esta situación, te invitamos a poner en práctica los siguientes consejos.
Separar la vida laboral y personal
Es importante saber respetar las distintas facetas y tiempos, es decir, en el trabajo hacer lo que corresponde al trabajo y en la vida personal lo que corresponde a la vida personal. Si te es posible, utiliza dos dispositivos electrónicos (uno para la vida laboral y otro para la vida personal) y cuando te encuentres fuera de tu jornada laboral procura desconectarte del dispositivo designado para el trabajo.
Organiza tu jornada laboral
Una buena técnica para afrontar el tecnoestrés es planificando las actividades del día, sin sobrecargar la lista y guardar algún tiempo para imprevistos. Teniendo ordenadas las tareas del día, selecciona las de mayor importancia o urgencia y priorízalas. Dentro de este punto es importante mencionar que realizar multitareas o ser “multitasking” no siempre es efectivo para algunas personas, así que debemos ser consientes de realizar con cuidado cada actividad asignada.
Practica técnicas de autocontrol
Para evitar entrar en un estado de estrés se recomienda practicar de forma regular ejercicios de relajación, meditación, mindfulness o yoga. Estas actividades permitirán neutralizar la activación fisiológica que nos produce estrés y generar un mayor control de las emociones y pensamientos.
Finalmente, el tecnoestrés representa un problema actual para aquellas personas expuestas a tecnologías en su entorno laboral; de él se derivan problemas fisiológicos, psicosociales, individuales y laborales tales como ansiedad, agotamiento mental, excesiva dependencia del uso de la tecnología y aislamiento social.
Referencias:
(Cuervo, Orviz, García & Fernández, 2020). Tecnoestrés en la Sociedad de la Tecnología y la Comunicación: revisión bibliográfica a partir de la Web of Science. Recuperado de https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1578-25492018000100018#aff1
(Villavicencio-Ayub, Ibarra & Calleja, 2020). Tecnoestrés en población mexicana y su relación con variables sociodemográficas y laborales. Recuperado de https://www.redalyc.org/journal/4975/497570227002/html/
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