Juan Fernando González G.
Somos uno de los países más ricos en cultura gastronómica de todo el mundo, pero hay que reconocer que muchos de los platillos que comemos todos los días tienen exceso de grasa, condimentos, harinas y carbohidratos. A esta alimentación inadecuada debemos sumar que somos una población sedentaria que no gusta mucho de la práctica deportiva regular, y que, además, padece altos índices de estrés.
Los expertos dicen que este tipo de comportamiento ha generado que haya una curva ascendente en las enfermedades del aparato digestivo, mismas que afectan en mayor medida a los individuos con sobrepeso y obesidad.
Información calificada
La coordinadora del Centro de Dietética y Nutrición del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Cristina Rodríguez Márquez, destacó recientemente que, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de Gastroenterología, “el 81.31 por ciento de las enfermedades gastrointestinales se originan por el consumo de alimentos y bebidas, por lo que es muy importante revisar nuestros hábitos alimentarios y evitar riesgos”.
¿Cómo saber si padecemos algún deterioro en nuestra salud digestiva? No es tan difícil, sobre todo si presentamos de manera recurrente alguno de los siguientes síntomas:
Ante estas señales, lo mejor es acudir en busca de ayuda médica antes de que toque a nuestra puerta la gastritis, la colitis, el reflujo gastroesofágico, el síndrome del intestino irritable, o incluso la diverticulitis: pequeñas bolsas abultadas, llamadas divertículos, localizadas en el tracto digestivo.
¿Y el estrés?
De acuerdo con la maestra Rodríguez Márquez, especialista en Nutrición Clínica, existe una relación directa entre el estrés y la aparición de los síntomas de trastornos digestivos: “Sabemos que a través de las hormonas y las neuronas el intestino tiene una comunicación con el cerebro, y viceversa; en personas con alto estrés, ansiedad o depresión, lleva a que se incrementen los síntomas gastrointestinales.
“Esta situación es más frecuente en torno al síndrome de intestino irritable, por lo que cuidar el equilibrio de la salud mental es también una medida preventiva”, afirmó.
Los probióticos, a escena
De acuerdo con la afamada Clínica Mayo, los probióticos son alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar las bacterias “buenas” (microbiota normal) del cuerpo.
Los probióticos, de acuerdo con el artículo científico denominado Consenso mexicano sobre probióticos en gastroenterología, documento en el que participaron cerca de 40 especialistas en la materia, “son considerados como microorganismos vivos que benefician a la salud, y son usados con frecuencia en la práctica clínica”.
Compartimos con ustedes algunas de las conclusiones a las que llegó este grupo de trabajo:
Como puede observarse, el uso de estas preparaciones, y otras más, nos ayudan a conservar un buen estado de salud y a fortalecer el sistema inmune. Un ejemplo a considerar es el de los complementos a base de betabel, que es una excelente fuente de betacarotenos (vitamina A), antioxidantes y fibra. Pero hay más, ya que su consumo constante previene problemas de la vista y mejora la digestión, entre otras cosas.
Referencias
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