Juan Fernando González G.
La memoria es un complejo sistema gracias al cual recuperamos imágenes y escenarios del pasado, conservamos experiencias y elaboramos nuestra historia personal. Parece increíble, pero los seres humanos empezamos a percibir lo que sucede a nuestro alrededor a partir del tercer mes de vida (dentro del útero). Es entonces, y durante toda nuestra vida, que almacenamos hechos, emociones, palabras, imágenes, personas, lugares, olores, sabores, lecturas y sueños.
Es evidente que la memoria es un elemento indispensable para que el resto de nuestras funciones cerebrales se realicen adecuadamente, lo cual se debe a que la mayoría de ellas van a utilizar la información que previamente se ha registrado para poder cumplir con sus labores. Es lo que sucede cuando, por ejemplo, tenemos que hacer algún cálculo matemático e inmediatamente se “abren los archivos” en los que se encuentran almacenados los números y procedimientos para realizar operaciones aritméticas. Sucede lo mismo con el lenguaje: las palabras que hemos aprendido emergen de manera automática porque forman parte de nuestro registro cerebral.
Que alguien nos explique
La doctora Lilia Núñez Orozco, jefa del servicio de Neurología en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, perteneciente al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), explica que “la memoria es una de las funciones cerebrales superiores que registra los eventos que suceden cotidianamente, los cuales se almacenan en forma selectiva, es decir, de acuerdo a la atención que se ponga a cada uno de ellos. Es importante que tomemos en cuenta que a todas horas estamos rodeados de estímulos, pero únicamente recordaremos aquellos que son relevantes para nosotros”.
La especialista puntualiza que “la memoria va más allá, pues no sólo consiste en guardar información, también incluye la capacidad de acceder a la ‘base de datos’ cuando se necesite. De nada serviría tener un registro al que no pudiéramos acceder cuando se requiriera; esto es algo similar a cuando queremos abrir un archivo de la computadora y no lo podemos hacer.
“El registro de la información se efectúa a través de conexiones en las neuronas, células que para funcionar adecuadamente requieren de la preservación de neurotransmisores (mensajeros nerviosos) involucrados en el proceso, principalmente acetilcolina”, afirma la especialista.
¿Hay diferentes tipos de memoria?
Efectivamente, el cerebro humano posee diferentes grados de retención, por lo que algunos datos estarán a nuestro alcance toda la vida y otros podrán desaparecer al paso de los años. Los expertos en el tema sugieren la siguiente clasificación:
Alteraciones pasajeras de la memoria
Muchas personas, sobre todo las que rebasan los 50 años, no recuerdan algo que deberían saber de inmediato y en forma casi automática. Veamos la explicación científica:
“Hay momentos en que todos podemos tener alteraciones transitorias de la memoria, principalmente al estar cansados, estresados, con demasiados estímulos externos o varias tareas que realizar simultáneamente; entonces, tenemos olvidos, los cuales son completamente normales”, dice la Dra. Nuñez Orozco, expresidenta de la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría, quien abunda en el tema y señala que existen personas que pueden experimentar la llamada amnesia global transitoria, trastorno que bloquea los recuerdos durante varias horas debido a alteraciones en la circulación sanguínea del cerebro. En estos casos el paciente puede hablar, caminar y realizar sus actividades, pero no registra lo que sucede, por lo que al volver a la normalidad será imposible que se acuerde de lo que pasó, enfatiza la experta.
Si este tipo de comportamiento se repite con alguna frecuencia, se podría sospechar de una falla circulatoria a nivel cerebral. En estos casos, los afectados tienen algunos factores de riesgo: presión arterial alta, niveles elevados de colesterol en sangre o diabetes.
Olvidar, para aprender
Podría parecer contradictorio, pero tal parece que olvidar nos ayuda a aprender. Dejar recuerdos fuera de nuestra memoria no es necesariamente una disfunción, como se suele pensar, sino una condición indispensable para incorporar conocimientos nuevos y adaptarnos a una realidad cambiante, dice Alonso Martínez Canabal, académico del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Olvidar facilita que reaprendamos, y eso es muy importante para los mamíferos, porque las cosas y las reglas cambian, y si siempre intentas resolver el problema con la regla vieja que ya no aplica, pones en riesgo tu supervivencia. En el mismo sentido, para que el cerebro de un animal adulto –incluido el de los seres humanos– pueda mantenerse vigoroso, es fundamental que renueve su cantidad de neuronas a través del ejercicio físico e intelectual”, enfatiza el investigador.
Diversos estudios han concluido que un gran porcentaje de las personas que consultan a un médico homeópata por cualquier tipo de enfermedad resuelven sus problemas satisfactoriamente, y en el caso de la falta de memoria no es la excepción. La Homeopatía tiene medicamentos muy efectivos para equilibrar nuestro organismo, calmar la ansiedad, y combatir el estrés y el cansancio, factores que, como ya vimos a lo largo de la nota, son, en muchas ocasiones, los que detonan una alteración en el archivo de nuestros recuerdos.
Referencias
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252010000100010
https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-memoria-sana-13124071
https://elheraldoslp.com.mx/2015/12/01/todo-lo-que-debes-saber-sobre-como-funciona-la-memoria/
https://www.jornada.com.mx/2014/05/13/ciencias/a02n1cie
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