Juan Fernando González G.
Todos hemos observado alguna vez a una persona que presenta en sus piernas las famosas “arañitas” azuladas o rojizas. Dichas marcas corresponden a las varices, trastorno que se genera cuando las venas se hinchan y retuercen debido a una disfunción que retrasa el flujo sanguíneo hacia el corazón.
La doctora Eugenia Rivera Chino, Coordinadora de Programas Médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señala que esta disfunción se presenta con mayor frecuencia en las piernas porque el trayecto que debe recorrer la sangre, desde ese sitio y hasta el corazón, es muy prolongado. En consecuencia, cuando permanecemos mucho tiempo de pie o sentados, la sangre avanza con lentitud, lo que entorpece el funcionamiento de las válvulas venosas y dilata las venas.
En el IMSS se atienden anualmente a un promedio de 37,681 personas con este padecimiento. De ellas, el 70 por ciento, aproximadamente, son mujeres de entre 30 y 60 años de edad, afirma la especialista.
Factores detonantes
La carga genética es un factor que determina el incremento de los riesgos para adquirir una enfermedad, sea cual sea, y las varices no son la excepción: es un hecho que las personas con antecedentes familiares de sobrepeso u obesidad, por ejemplo, tienen mayores posibilidades de desarrollarlas.
No obstante, hay otros elementos que deben tomarse en consideración: la edad, el embarazo, los cambios hormonales y el hecho de permanecer sentados, o de pie, por largos periodos de tiempo. Por todo lo anterior, las mujeres son las más afectadas.
Prevenir, la mejor solución
A continuación, algunos consejos para prevenir la aparición de las varices:
Cuidado con los síntomas
Como esta enfermedad puede complicarse y progresar, lo mejor será acudir en busca de ayuda médica si aparecen algunos de sus síntomas característicos:
1.- Dolor, hormigueo, pesadez y cansancio habitual en las piernas.
2.- Hinchazón en la parte inferior de las piernas y los tobillos, principalmente después de estar mucho tiempo de pie.
3.- Calambres nocturnos, también conocidos como “síndrome de piernas cansadas”.
4.- Sensación de calor, enrojecimiento, sequedad y picor constante de la piel.
5.- Las conocidas líneas rojizas o violetas con aspecto de telaraña.
La Homeopatía, una gran ayuda
La Homeopatía puede actuar en varios niveles para atender la problemática de las varices. El doctor Guillermo Basauri, licenciado en Medicina y Cirugía egresado de la Universidad del País Vasco (España), y experto en Terapéutica Homeopática por la Universidad de León (España) explica los beneficios de esta terapéutica:
1.- Sirve para moderar la predisposición personal para sufrir varices.
2.- Es muy útil para mejorar las molestias y la sintomatología: pesadez, edema, dolor, picores, calambres, etcétera.
3. Está comprobada su eficacia para tratar las complicaciones derivadas de las varices, como las úlceras varicosas y la tromboflebitis (coágulos de sangre que pueden bloquear una vena).
4.- La Homeopatía produce que mejore el tono y los tejidos que forman las paredes de las venas.
5.- Es excelente para mejorar la recuperación y minimizar el riesgo de complicaciones en pacientes que se someten a una cirugía.
Finalmente, es pertinente señalar que hay muchos medicamentos homeopáticos para tratar este trastorno: Hamamelis virginiana, Aesculus hippocatanum, Clematis vitalba, Lachesis y Nitricum acidum, entre otros. Unos son preventivos, y se encuentran al alcance de los consumidores en la sección de productos naturales de muchas farmacias, y otros son terapéuticos; en este caso, la recomendación para su uso deberá provenir de un médico homeópata.
Referencias
https://www.consejogeneralenfermeria.org/docs_revista/Dossier_Salud_de_las_Piernas_e_IVC_Cinfa.pdf
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