Juan Fernando González G.
Los trastornos mentales han alcanzado mucha notoriedad en las últimas décadas, toda vez que afectan la calidad de vida de las personas y les impide explotar su potencial. De acuerdo con estudios calificados, el 17% de los mexicanos presenta al menos un trastorno mental, y uno de cada cuatro lo padecerá al menos una vez en su vida. Actualmente, de las personas afectadas, sólo una de cada cinco recibe tratamiento.
Más allá de los estigmas y prejuicios sociales ligados con la atención psicológica y psiquiátrica, resulta muy útil entender el campo de acción de estos especialistas. En principio, hay que decir que la diferencia más significativa entre un psicólogo y un psiquiatra son los estudios realizados; el primero tiene una preparación académica de nivel superior que le permite discernir acerca del comportamiento humano, mientras que el psiquiatra tiene estudios universitarios en medicina y una especialización en trastornos psiquiátricos; su enfoque es generalmente médico y centra gran parte de su importancia en los aspectos orgánicos de los trastornos mentales.
Así las cosas, el psicólogo realiza una evaluación y ofrece asesoría terapéutica para que el paciente pueda modificar su conducta ante una situación que le causa algún tipo de conflicto específico. Hablamos, por ejemplo, de personas que no encuentran la manera de resolver un comportamiento de extrema timidez, que no pueden manejar la frustración que le genera un empleo mal remunerado o que sienten miedo por haber presenciado un acontecimiento violento, entre muchos otros casos.
Por su parte, el psiquiatra centra el tratamiento en el uso de la farmacología mediante la prescripción de medicamentos, de manera que el paciente supere los síntomas producidos por una disfunción del sistema nervioso central. Muchos psiquiatras incluyen, además del tratamiento farmacológico, algún tipo de psicoterapia.
Detalles importantes
Los psicólogos pueden ayudar a superar episodios moderados de depresión, enojo, ansiedad o ira, pero si este tipo de trastornos tiene características crónicas es recomendable buscar el apoyo de un médico psiquiatra, en la inteligencia de que pudiera haber una causa orgánica que determine el comportamiento anómalo de un individuo.
Un psicólogo, independientemente del método terapéutico que utilice (existencial, cognitivo conductual, Gestalt, psicoanalítico, entre otros) puede ser de gran ayuda para superar un trastorno postraumático (sufrir un asalto o un percance automovilístico) o el trastorno obsesivo-compulsivo (personas preocupadas excesivamente por las reglas, el orden y la limpieza). Del mismo modo, este tipo de especialistas están capacitados para atender a individuos que hayan sufrido abuso sexual, a quienes se reconozcan como dependientes o codependientes emocionales, o bien, a las personas que padezcan insomnio o algún otro trastorno del sueño. Su campo de acción es muy amplio, de tal manera que no es raro que se les solicite que actúen como mediadores para resolver una disputa familiar, un divorcio o una situación de violencia intrafamiliar.
Psiquiatras y el sistema nervioso central
Los psiquiatras son profesionales que estudian la carrera de medicina, primero, para luego estudiar la especialidad. De esta manera, son capaces de entender de una manera más amplia la interacción del sistema nervioso central con los demás órganos del cuerpo humano.
En general, un psiquiatra examina la disfunción cerebral que genera actitudes depresivas, violentas, psicóticas o esquizofrénicas, en una persona. Es común que, una vez realizado un diagnóstico, proceda a prescribir el medicamento necesario para devolverle el bienestar al paciente y colocarlo en una posición que le permita discernir entre lo “normal y lo anormal”, entre lo “bueno y lo malo” que marcan las reglas generales de una sociedad.
El psiquiatra, además de la farmacología, tiene a la mano otras opciones terapéuticas: diferentes formas de psicoterapia e incluso técnicas de estimulación cerebral, así como terapia de grupo e incluso métodos poco convencionales. Al respecto, vale la pena mencionar la experiencia de la artista mexicana Yanihe Adriana Retuerta, quien desde hace 10 años descubrió que la pintura era una magnífica forma para enfrentar el trastorno bipolar y “sentir alivio en el corazón, el alma y el espíritu”.
Retuerta reflexiona sobre su enfermedad y dice: “independientemente de que sea arte lo que estoy haciendo, no deja de ser una maravillosa terapia. Lo recomiendo para personas con trastorno bipolar, déficit de atención o algún mal a nivel mental. Las personas que tienen este tipo de enfermedades deben saber que hay otras alternativas, como el canto o tocar un instrumento, sin dejar su tratamiento médico. Yo pinto lo que pienso, siento y sueño, pero el arte es extenso y uno debe utilizarlo y no dejarse carcomer por la enfermedad”, aconsejó.
Homeopatía, una opción real
Si usted recibe atención psicológica o psiquiátrica, la verdad es que la Homeopatía podría ser un complemento perfecto ya que, como se sabe, los medicamentos propios de este método clínico actúan a nivel emocional mental y físico.
Contrario a lo que pudiera pensarse, existen investigaciones específicas que demuestran la eficacia de la Homeopatía cuando se compara con medicamentos convencionales. Un caso por demás interesante es el del trabajo desarrollado en el consultorio de Homeopatía y Depresión de la Facultad de Medicina de Jundiaí (San Pablo, Brasil), en el que participaron 91 pacientes que cumplían criterios diagnósticos de depresión.
Los voluntarios recibieron, al azar, un tratamiento homeopático individualizado, o bien, el antidepresivo convencional Fluoxetina durante ocho semanas. Los pacientes y los médicos tratantes no supieron quien recibió uno u otro tratamiento. Esta metodología, muy común en medicina, impide cualquier tipo de influencia en los resultados.
Ambos grupos tenían un nivel de depresión similar al comienzo del estudio y mostraron una mejoría significativa de la depresión a las 4 y a las 8 semanas. El porcentaje de pacientes que respondieron a la Fluoxetina y al tratamiento homeopático fue similar (63,9 y 65,8% respectivamente, a las 4 semanas; y 84,6 y 82,8% respectivamente, a las 8 semanas).
De los pacientes que recibieron Fluoxetina, 21,4% reportó efectos adversos, en comparación con el 10,7% de los que recibieron medicamentos homeopáticos. La conclusión de los autores es que la Homeopatía no resultó inferior a la fluoxetina en el tratamiento de la depresión.
Referencias
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